Se podría alegar que los regalos al emérito menguaron a medida que lo hizo su agenda internacional, pero, en mayo de 2016, el emérito viajó a Arabia Saudí, zona cero de los bisnes reales; pues bien: Patrimonio Nacional solo sacó de ese viaje una medalla conmemorativa y dos hagiografías de Al Faisal, rey saudí hasta 1975. Si en ese viaje se movieron más cosas bajo cuerda, camisetas nba lo desconocemos. Igual que, en 2004, a casi nadie le llamó la atención que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin gastaran 10 millones de euros (reforma incluida) en una casa en Barcelona (más que la asignación de ese año para la Casa Real).